24/2/11

Capítulo I (segunda parte)


El sol sonreía a las pocas nubes que parecían estar pintadas en el cielo, los pájaros hacían con ser cantar de despertador para las flores, los pequeños cangrejos salían a pasear por la fina arena. Salí de la tienda de campaña con cara de sueño con mi bolsa de higiene, preparada para un nuevo día que prometía ser perfecto. Cogí mi ropa y me fui a la ducha para sacarme todo el sueño pegado al cuerpo. Al volver fresca y con mi sonrisa me encontré con los vecinos, los dos estaban lavando los dientes en la fuente que había al lado de mi parcela, miré esos ojos perturbadores y le dedique unos buenos días con un movimiento de mano, él, me quiso alabar con una sonrisa pero sol le salió una mueca llena de espuma mentolada.


Ese día fuimos a “Rennes de chateau”, fue un día de contacto con la naturaleza, un pueblo en medio de una montaña, el cielo estaba tapiado de nubes oscuras. Durante el trayecto parecía que esta vamos en otra dimensión todo era hambiente de playa pero pasado ¿? se cambió el paisaje ahora era todo árbol y la gente me iba con bañador por la calle. Yo encerrada en el coche meditaba sobre mis pequeños problemas ahora volátiles.

Al llegar a Rennes de Chateau mi padre me explico a contar la historia del pueblo, aunque él no tenía un trabajo buen pagado era y es muy inteligente y listo, tiene una sabiduría más alta que la media, realmente mi percepción de él no a cambiado ya que el siempre me a mostrado de de pequeña como es y como piensa, és me a educado con sinceridad libertad y coherencia.

Entramos en la iglesia y en la entrada a la izquierda había una estatua de un demonio, la verdad no me sorprendió ya que creía que tenía que haber alguien que se hubiera rebelado contra el cristianismo y quien podía ser un conocedor de los cataros. Todo en esa pequeña capilla me hacia sentir extraña y a la vez como en casa. Al lado de la estatua había un gran dibujo de [ … ] Al salir el aire me dio en la cara tuve la sensación de que salía de otra dimensión, que habían pasado 3 horas pero en realidad no había pasado nada de eso. Durante todo el día estuvimos visitando pueblos y castillos en ruinas.


Cuando el sol iluminaba la otra parte del mundo nosotros estábamos en los sacos de dormir oímos una voz en la puerta de la tienda, mi padre se levanto y salió a mirar. En mi mente resonó ese tono de voz, mi corazón empezó a ir rápido y sin saber por que me levante y me puse a escuchar, mi padre le contesto a la voz una pregunta que no había podido escuchar – Si ella quiere, ella ya es mayorcita preguntale a ella- me levante y me acerque a la puerta y entonces vi esos ojos nos miramos fijamente y cuando reaccioné pude preguntar- ¿ Que pasa ? - contesto mi padre – Quiere hablar contigo y entonces el francés me sonrió y habló- Te gustaría venir con nosotros, estamos en una fiesta en esas tiendas de ahí- y con mucha pena tuve que contestar- Lo siento, pero es que hemos estado todo el día andando visitando cosas ademas estoy con el pijama, mejor otro día- y le sonreí, él, con cara de pena me contesto – de acuerdo, no pasa nada tranquila, buenas noches- y como despedida le conteste- que os lo paséis bien y buenas noches

. . .

Cuando salí de la tienda vi su cara sonriente y su torso desnudo, en ese momento noté que algo cambiaba en mí. Esa mañana estuve en la playa y al medio día cuando estábamos babeando por nuestra comida sonó el móvil de mi padre- que bien han llegado su amigo, y la comida se va a enfriar, siempre tiene que amargarme el día … - grite para mis adentros.

Escogieron parcela y nos fuimos a comer, - Que bien la comida esta fría- le replique a mi padre interiormente. Después de comer nos fuimos a ver si necesitaban ayuda para instalarse- Si, no sabemos como montar la tienda, se nos caen los palos, llevamos más de media hora intentándola montar- dijo el amigo de mi padre- Si claro, os ayudará mi hija- respondió mi padre, en ese instante hice una mueca y seguidamente dibuje una de tantas sonrisa de pega de mi colección y me puse manos a la obra. Cuando las tuve en su sitio y bien puestas me enviaron de canguro con la … la llamaremos Morritos, porque es lo que más recuerdo de ella, sus labios, eran bien gruesos y pocas veces los separaba, es decir escasas veces oías su voz y su hermano Espidi Gonzalez siempre corriendo de un lado a otro. Esa tarde me aburrí muchísimo ya que uno nadaba y la otra callaba como puta.- Que paisaje tan bonito, ojalá pudiera vivir así siempre !- medité – Pero si viviese aquí no sabría apreciar la belleza de ese momento, ya que siempre no vemos lo que nos encontramos día a día. Sería una pena no dar importancia la belleza de esas rocas, el agua cristalina, con su arena finita, el sol coloreandome la tez y la sonrisa que se me ponía pensando que alguien miraba mis senos desnudos al sola, esos senos crecientes aunque coquetos se tostaban. Morritos decidió que ya era hora de que oyera su voz y empezó con un- Que aburrimiento, no tienes vergüenza de enseñar los pechos?- y cuando manteníamos una conversación fluida me di cuenta de que mi parte narcisista salia a flote otra vez, nos estaban mirando y sabía perfectamente quien era, no olvidaría jamas esos ojos azules, muy azules.

. . .

Hacía una noche perfecta, el cielo lleno de estrellas, pero sin luna, el viento estaba cenando y la calor durmiendo. Todos estábamos sentados en una mesa improvisada cenando, mi padre como siempre presidiendo la mesa, a su izquierda la morritos, yo a su lado con cara de circunstancias y a mi lado el niño con complejo a petardo, a la derecha de mi padre sentados estaban su amigo y su novia, la madre de los pequeños engendros. Pasada una hora mi mente empezó a irse lejos, a imaginar el pasado, con damas y caballeros cátaros andando por los parajes de los pueblos visitados hacia unos días, pensando en el día anterior me vino a la mente mis ojitos, el chico que me había trastornado el cuerpo y la mente. Cuando empezaba a bajar de mi nube algo me dio un porrazo y me choque con la realidad, sus ojos otra vez, su voz y sus gestos. Morritos interrumpió mi visión con su voz - ¿ me acompañas al baño ?- dijo- de acuerdo, y así ando un poco que me duele el culo de estar sentada en la silla- respondí y al mismo tiempo pensé – ¿No sabes ir sola? – Al levantarme me coloque bien el vestido blanco, el vestido del pecado, me hacia más mayor de lo que era pero me encantaba, cada vez que me lo ponía me sentía en una película antigua con la falda ondeando al viento. Al pasar por delante del Francés note que sus ojos paseaban por mis curvas. Al volver le comentaba a morruda que al año siguiente ya podría conducir, y a la vez gire mi cabeza al son de mi voz y a su vez una sonrisa tonta al ver mis ojitos azules atentos a mis palabras. A la media hora de mi visita al baño me decidí hacer algo y me puse a jugar con la hiperactividad con cuerpo físico, en un mal golpe envíe la pelota a los pies del francés y eso dio píe a entablar una conversación- antes he oído que te falta un año para poder conducir- empezó- Sí – respondí vergonzosa. La conversación acabo con un - ¿ Quieres ir a dar una vuelta?- me sonroje y respondí- de acuerdo pero se lo voy a preguntar a mi padre- él asintió con la cabeza.- ¿ Papa, puedo ir a dar una vuelta?- pregunté- decide tu, no tengo ningún problema en que vayas- me dijo, de repente la novia del amigo de mi padre le replico- yo, ni loca dejo ir a mi hija con un desconocido- y mi padre medio enfurecido le cerro la boca con un – ya, ya se nota como la educas, yo a mi hija le dejo libertad, ya sabe los límites, tu hija simplemente se guia por lo que le dices mi hija no, es responsable y adulta- la mujer no pudo responder nada, y yo toda orgullosa me fui con él .


Llegamos a la playa, una playa serena, calmada llena de vida interior y juntamente con el cielo también apaciguado y brillante creaban una atmósfera extraña y incomoda para mí. Nos sentamos en la orilla mientras las estrellas acunaban mis nervios, mi parte narcisista crecía por momentos y machacaba mi inocencia- ¿Que opinas de la imagen de las películas ?- dijo él- ¿que imagen?- respondí, a lo que el me contesto- la imagen en la que están el chico y la chica en la playa, con las estrellas, la luna y – hubo un pequeño silencio y acabo la frase con la palabra beso, justo cuando pronunciaba la palabra final mi corazón empezó a alcanzar los mil latidos por minuto.- Bien esta muy vista pero sinceramente es bonita, es una imagen que siempre todas las chicas quieren tener atado a un recuerdo- me miro a los ojos y me sonrío- Tengo una duda- añadió, le mire extrañada – si beso a una francesa se que ese beso será correspondido, por que ellas son muy ... frescas, y en cambio si te beso a ti no se si me lo vas a seguir o me vas a dar una bofetada- me enrojecí y callé unos minutos, cogí aire y respondí- quien no arriesga no gana ni pierde- nos miramos nerviosos y nos besamos, un beso que me dejo anestesiada y sin sentimiento alguno, todos mis sentidos se bloquearon, no sentí nada, los nervios, los pensamientos se fueron volando con la brisa marina. Después de ese beso nos levantamos para seguir el paseó,- ¿vamos al baño?- sorprendida le conteste que no, ya que mis sentidos se habían despertado y alterados me dijeron con una telepatía extraña que no fuera, pero no me hice caso y tras varias insistencias acepte. Entramos en el baño de hombres, me sentí una espía, entramos en silencio mirando hacia los lados para ver si nos veían, me abrió la puerta de la ducha, entré y él detrás. Me besó y en mi espalda note el frío de la pared de tachuelas en mi espalda y el calor de sus manos acariciando mis brazos y su lengua bailando entre mis dientes buscando mi lengua vergonzosa. Por mi cabeza solo pasaban escenas de películas, besos largos, cortos, cuerpos desnudos, labios carnosos, piel suave, vergüenza, erotismo y lenguas juguetonas. Las piernas me temblaban, las manos se posaron en su espalda, él, decidió deshacerse de su camiseta negra y seguidamente me quitó el vestido, me repasó de arriba a bajo como chacal hambriento. Finalmente me quitó el sujetador y me acarició todo el cuerpo acabando en mi cintura, agarro las braguillas y siguió el paseó por mis piernas acabando con su lengua en mi templo. Me derretí en ese instante, notar la lengua caliente en mi cuerpo, moviéndose sin parar, sus manos acariciando mis muslos me hizo sentir fuera de mí. No quería pasar a mayores ya que todo eso ya me parecía surrealista. Todo en mí había cambiado, hacía unas horas era simplemente una chica con sonrisa afable y dulce mirada y ahora me estaba transformado en una chica con sonrisa dulce, mirada salvaje y aura de aventura.

. . .

A la mañana siguiente al llegar de mi ducha matinal vi que él estaba recogiendo las cosas para irse, me miro con una sonrisa llena de dulzura, la ultima sonrisa que íbamos a intercambiarnos.



CAPITULO II

próximamente …


Fue una locura, pero me encantaba que mi adrenalina subiera a la azotea en un revuelo. Cuando tecleaba me temblaban hasta las uñas, solo de pensar lo que iba a suceder se me alisaban los rizos.[...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario