Una mañana al sol contigo

¡Por fin! Por fin alguien ha abierto las ventanas y la puerta, de fondo, como banda sonora suena mi canción favorita. El sol me sonríe y me quita la máscara, abro los ojos y todo tiene color. Un árbol me hace sombra pero el viento se encarga de que el sol dore mi piel y de teñirme el cabello, entre tanto el eco de tus besos resuena en la casa de mis labios. Canto, mientras se acercan nubarrones, la brisa poco a poco los destierra, aunque alguno se resiste, pero ella es más fuerte.

¡Por fin! Por fin se como continuar, sé que tengo un camino a seguir, que las letras de mi salen solas, que el viento remueve mi cabello, toda mi melena griega. Mis ojos vuelven a ser verdes, mi sonrisa vuelve a tener bombillas y mis palabras vuelven a ser países sin fronteras, hojas que no vuelan más de dos centímetros de mi mano, de ruidos graciosos y de sonrisas tontas. Te quiero, quiero gritarlo, pero no hace falta, el viento lo escribe en mis manos y el sol lo tatúa en mis ojos.