
Momentos pasados con palabras aun a punto de salir, pero este no es el momento, el momento de su partida ya pasó… ¿qué hago con ellas?
Solo recordar y no vivir más, me encierra en una casa de mil tormentos con sal y vinagre. Paseando hacia mi tortura febril, recuerdo por un segundo esos besos dados pero entonces llega la razón y con su dulce persuasión consigue que un aroma peculiar me llame la atención y me olvide de la voz del corazón. Intento llorar pero las lágrimas no quieren salir, es como si todo estuviera en contra de mí, todo se empeña en que sienta el dolor pero que no recuerde, en que no olvide y no llore, estoy harta de tanta contrariedad, de tanto decir que no y es que si, de intentar convencerme de que lo quiero ayudar y eso me hace mal. Huyendo del pensar y del sentir, huyendo del querer y de las voces de esa huella. Puedo decir que todo ha pasado, pero en realidad el pasado sigue presente. Tu más listo que yo te apartas y me evades. Tu más estúpido que nadie haces con esa actitud que mi corazón te pertenezca aun con más intensidad.
Recordando esas camisetas mudadas de aire, recordando esa agua que bebimos con vaso sin cuerpo de cristal, recordando esas risas sinceras, esa voz, que provoco ese eco, recordando también esa pregunta inocente que llama a mi amiga la vergüenza y que pone una mema sonrisa en mi estúpida cara y recordando finalmente que te tengo que olvidar cierro otra vez el libro conspirador que se abre al antojo del mi corazón. Teniendo la mínima esperanza, veo pasar esa arpía con ojos tuertos seduciendo con esa mirada curvada al postre. Sintiendo celos de ese amor ausente pongo coraje y reduzco mis sentimientos en palabras que plasmo en este papel.
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