
Una chica, cerrada en si misma gracias a sus circunstancias, leía tranquila en el parque, al lado de un pino muy alto y grande. Un chico soñador y profundamente feliz estaba jugando con su hermanita pequeña, de repente la chica lectora se dio cuenta de que el muchacho la estaba mirando con cierta picardía. Con toda su valentía y la de los caballeros de las novelas que leía, se acerco al chico y lo saludo, entonces el chico se puso un poco nervioso pero eso a la chica le pareció una monería. Estuvieron un rato ablando de sus vidas, conociéndose, mientras la hermana del barón ojeaba el libro de la chica. Cuando pasó una hora llegó la madre del chico y se llevó a la niña la cual tenía ballet. Entonces se quedaron solos, el pulso de ambos se acelero precipitadamente, la garganta del muchacho se quedo como un desierto, sin saliva, de repente ya no sabían que decir, la chica haciendo copio de su agudeza empezó a pregúntrale al muchacho donde había ido su hermana aunque ya se lo había dicho, él le respondió lo mismo añadiendo que iba hacer un representación el viernes ella con una sonrisa le dijo que quería ir a velo porque nunca a echo ballet y tenía la intriga en el cuerpo.
Entro el viernes lluvioso oscuro como el sobaco de un grillo [[alguna gracia tenia k hacer jajaja ]] la muchacha eufórica se presento un cuarto de hora antes en el sitio acordado, espero escuchando música haber si se relajaba, pero no lo consiguió. Si pensaba que estaba nerviosa cuando vio a su alteza llegar se le dilataron hasta las pupilas. Nerviosísima le dio dos besos en la mejilla, mientras él le decía lo guapa que estaba esa tarde.
Cuando termino el espectáculo de la infanta danzante, la pareja se fue a dar una vuelta mientras hablaban de sus vivencias en el terrible mundo del estudio y sus descansos. Cuando se lo estaban pasando mejor llego la hora en que los padres siempre aparecen aunque no estén de cuerpo presente, la hora de la despedida. El chico fue caballeroso y la acompaño hasta su casa y allí estuvieron ablando un rato. Cuando la chica entro en su casa después de un beso en los labios sintió que no tocaba el suelo, que era capaz de todo y se le pinto una sonrisa davinquiana y de ahí se fue a dormir soñando que era una princesa feliz en su reino con su perro y su príncipe.
Y digo yo si siempre que nos pasa algo bonito pensamos que somos princesas, no somos realmente una especie de reinas pobres ?
aunke aya sido diferente aun asi me a gustado la historia ^0^
ResponderEliminartu siempre kon el toke magiko ^^
ResponderEliminaren fin eso es lo ke lo ace especial y muy bonito ^^