
Pasando entre las ramas la luz de tu sonrisa ilumina mi camino. Hombre fogoso, hombre pasional siempre iluminándome estas, siempre acariciándome la piel, siempre encontrando la manera para que cierre los ojos y me ponga a imaginar, a imaginar cómo sería la vida sin ti, sin tu fuego, sin tu pasión, sin tus palabras, sin tus rayos guiadores, sin tus llamadas, sin tus despertares y sin la sensación tan cálida que me causas. Los días sin ti son como barcos sin rumbó, como luna sin cielo, como amantes sin pasión, como cantante sin voz. En ninguno de mis sueños sales, pero eres todo un sueño, quiero ser el agua que apague tu fuego, quiero ser el amante que te encienda otra vez, quiero ser esa voz que oigas al despertar, quiero ser la ola que te del rumbó correcto, quiero ser esa luna brillante por tu sonrisa que te acune cada noche que quieras ser humano, quiero ser el bosque en el cual juegues al escondite. Tengo miedo… tengo miedo de que tu fuego se apague de que ya no sienta tu poder en mi piel, de que vuelva a pasar frío, de que seas una ilusión y toda mi vida un sueño interminable y cuando despierte no vea tu cara sonriente, tu voz diciéndome que hoy hace un buen día y que ninguna nube va a tapar tus rayos divinos y de que tú no seas la luz que necesito para crecer como mujer.
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