Paseo en barco

Palabras en los labios, besos en la mente, miradas en las manos y caricias en los ojos. Saltos en el mar, que denuncian las locuras y necedades de los andares necrológicos del misterio de ese pasado ya olvidado.

La melodía del jardín de rosas suena y entre tanto pienso que quizás l’ alegría solo son capaces de disfrutarla aquellos que no saben definirla. Dos piedras en forma de corazón allí a lo lejos, una gaviota intenta postrarse en ellas pero una inmensa ola la intenta enjaular en una gran jaula de humedad. Soñando con inmolarme en el agua azulada con toques de nata el viento aparta mis rizos de la cara. Mi sensatez se hunde como el final de la ola, como una piedra estropeando la bonita vista de un mar pacifico, como el horizonte inalcanzable, solo quiero disfrutar del paisaje lleno de rocas, peces e imaginación unida con las nubes de mi pensamiento.